miércoles, 29 de agosto de 2007

Tarta de manzana (clásica)

El (mísero) granito de arena en el desierto

Clásicos de casa: n-ésima parte y mucho más

La sofisticación en la repostería no siempre da buenos resultados, sin embargo, los sabores sencillos y de siempre no acostumbran a fallar ni cansar. Éste es un ejemplo, una tarta que volveré a hacer en breve, seguro, y más ahora que estamos en época de manzanas.

He descubierto que las recetas clásicas que he estado elaborando esta semana no se limitan ni están acotadas en el tiempo. Sigo y sigo, cuantas más hago más me vienen a la cabeza y más disfruto del resultado. Las tartas de manzana son unas de mis preferidas, aunque cualquier tarta que lleve fruta lo es. La frescura, el dulzor.




Contra los que practican la…

¿Intolerancia? Parece una contradicción, y lo es. Ser intolerante con la intolerancia. Querer rendir cuentas con la misma fórmula, la fórmula que queremos destruir. Nada más absurdo que acabar con el asesino con un asesinato (pena). Debemos demostrar que estamos sostenidos por unos principios (no hablo de leyes) que defendemos, incluso, cuando van en contra nuestros propios intereses. Esa es la fortaleza del que sabe que hace lo que debe, frente al que hace lo que quiere. Otra cuestión más aguda sería saber qué es “lo que debe hacerse”.

Un lema que me gusta: “haz el bien y si no se sabe, mejor”. Hazlo por el hecho de hacerlo, no por la gratificación o el orgullo. Es la única forma de evitar que el hacer el bien no se vuelva en nuestra contra. Podría devolverse en forma de engreimiento, falsa modestia o soberbia.

Ciertos comentarios que han surgido días atrás me han llevado a pensar sobre ello. Muchas de mis reflexiones me han conducido al campo político, en el que no quiero entrar bajo ningún concepto, pero otras se han motivo en términos más generales y algo más consolidados. Opinad libremente, pero no juzguéis si no queréis ser juzgados. No pensemos que todos hemos tenido la opción de ser como hemos querido (en el campo educacional, en el campo ético, emocional,…), sólo como las circunstancias nos lo han permitido; el entorno ha tenido mucho que decir nuestras vidas y en nuestra forma de ver el mundo. Sólo el conocimiento total de los demás (imposible), sólo en ese momento, tendremos algún argumento para juzgarlo, sólo alguno.


… y los hijos de nuestros hijos

Existe cierto sector de la población que piensa en la escuela como el lugar en el que debe “educar” a los hijos. Discrepo en gran medida, la escuela es un instrumento que, basándose en el conocimiento, las actitudes, ayudará a que los alumnos adquieran esa “educación” que les permita “ser mejores personas”. Aunque mi actividad docente se centra en alumnos mayores de 18 años, he podido contrastar que el hogar condiciona en gran medida su aptitud y actitud. En los centros educativos no pueden hacerse milagros. Lo más cómodo es eximirse de nuestra parte de culpabilidad y culpar al medio.

En mi época estudiantil y formativa, que todavía sigue y sigue, he tenido buenos, regulares y malos profesores, pero creo haber aprendido siempre algo de ellos. Se tiende a focalizar los problemas de los niños en la figura del profesor, él es sólo un instrumento en un engranaje demasiado complejo.
Por desgracia, una de las principales escuelas hoy en día es la televisión y los medios de comunicación en general. Esa obsesión por lo material, por la fama y popularidad, esa obsesión por la posesión. ¿Para qué? ¿Cuál es la finalidad?

Existe una ofuscación por el conocimiento, datos y más datos. Se ha olvidado que lo realmente importante es transmitir una inquietud por aprender, pero siempre como camino a una “realización” personal en un marco integral y no material. Disfrutar del conocimiento. Cuando más sepas, más tolerante serás. Mayor capacidad de ponerse en el lugar del otro. Pero no sólo eso, se pueden conocer mucho pero no saber nada.

…un granito de arena

Ya lo he dicho varias veces, la próxima semana estaremos de viaje. Existen varios motivos. El primero es la evasión, el principal que mueve a M a “escaparse por una temporada”. Salir del estrés provocado por el trabajo y la rutina diaria. Otro motivo podría ser el interés o curiosidad de conocer lugares distintos y nuevos. En mi caso, lo más gratificante suele ser el lavado interno al que me someto: la confirmación de que no somos nada, un grano de arena en el desierto. Granos de infinidad de colores y durezas, pero todos iguales. Descubres en la diferencia algo que nos une a todos, intereses diferentes, gustos, necesidades, gente.

Siempre digo que este tipo de viajes son unas curas de humildad. Le vendría bien a aquellos que se sienten “el ombligo del mundo”, esos que han creado pequeños reinos (ególatras) con tronos en su trabajo o su empresa, su comunidad, su barrio… esas personas que no ven más allá de los muros de su urbanización, incapaces de relativizar los problemas o tener una visión más global de los mismos.

Siempre vemos las noticias en la distancia, las desgracias les pasan a otros: terremotos, hambrunas, tsunamis,… Lo percibimos como ajeno, lejano, ni por un momento somos capaces de sentir como sienten, de ver por sus ojos. No seamos hipócritas (yo soy el primero en serlo, hablo pero no he hecho nada), hagamos algo y, por un momento, pongámonos en su lugar. Quisiera no ir a esos países en una pecera, echar una moneda y volver sintiéndome perdonado; sería mejor el poder descubrir que no se debe ir tan lejos para saber que soy un granito de arena y que tal vez el desierto esté más cerca de lo que pensamos, sólo cruzando la calle.

Base
  • Hojaldre. Lo he elaborado de acuerdo la receta de hojaldre con cacao, pero sin el cacao. Podría utilizarse hojaldre congelado.
Compota
  • 5 manzanas golden, royal gala, red delicious o, si nos gusta un poco ácida, reinetas del Canadá.
  • 60 gr. de azúcar, mejor en polvo. La cantidad debe ser a gusto, dependiendo de si la preferimos más o menos dulce.
  • Un poco de agua.
  • Zumo de limón, ¼ a ½ pequeño, aproximadamente. Entre otras cosas, evita la cristalización del azúcar.
  • Opcional: un poco de vainilla, una ramita de canela.

Cobertura
  • 2 ó 3 manzanas troceadas en el momento, para evitar que se oxiden, o reservadas en agua con limón.
Jarabe
  • 2 cucharadas de azúcar moreno.
  • 30 gr. de mantequilla.
  • Un trocito de canela.
  • 10 a 15 ml de calvados u otro licor. He usado ron.
(1) Preparación de la compota. Troceamos la manzanas sin retirarles la piel, sólo el corazón, y las echamos en una tartera. Añadimos el azúcar a gusto, el agua y el zumo de limón. También podemos aromatizarla con una ramita de canela y una cucharilla de extracto de vainilla, así lo he hecho yo.

(2) Cocinamos durante unos 25 minutos, hasta formar una pasta y removiendo a menudo con una cucharada de palo. Cuando se hayan reblandecido y formado una pasta podemos pasarla por la batidora para obtener una compota homogénea y sin grumos. Reservamos.

(3) Base. Estiramos la masa de hojaldre en forma circular, dependiendo del tamaño del molde. Cubrimos con ella el molde engrasado y enharinado previamente, pinchando la superficie de la base, muy ligeramente, con un tenedor; así evitamos que suba demasiado la parte central.
Precalentamos el horno a unos 210º C. Echamos la compota sobre la base, aproximadamente de un centímetro de espesor o algo más.

(4) Jarabe de cobertura. Ponemos la mantequilla a fuego lento con el azúcar y la canela. Cuando el azúcar se haya derretido subimos el fuego y echamos el licor, podemos flambearlo. Dejamos que se reduzca un poco, hasta formar una salsita.

(5) Troceamos las manzanas, con o sin piel, dependiendo del aspecto que nos guste presentar y cubrimos la tarta a medida que las vamos cortando. Las manzanas podríamos haberlas confitado un poco con el jarabe.
La cobertura de manzana se realizará desde el borde hacia el centro e intercalando la posición de los cortes de una fila con un trozo de la siguiente, así obtendremos el aspecto de la imagen. Pintamos con un poco de mermelada de albaricoque, melocotón o con el jarabe.


(6) Introducimos en horno precalentado durante unos 30 minutos, aproximadamente, hasta que veamos que las manzanas tienen un aspecto reblandecido y el hojaldre esté cocido. Cuando esté hecho la cubrimos con un poco del jarabe previamente preparado.


Uno de esos sabores únicos de siempre y tan deliciosos como nunca. Además, fácil.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

esto vendria muy bien pues me toy tomando un cafe, me llevo ese trozo de tarta que has puesto, se ve deliciosa, pero aca entre nos, jiji no tengo horno,asi que por el momento mirare :) aprovecho tambien para decirte como tantas otras personas, que ya me hice adicta a tu pagina jijiji, aun no la leo completa, pero me encanta la forma en que presentas las recetas, una platica muy amena mientras preparas estas delicias, de nuevo, salu2 patty

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho lo que has escrito de la escuela. Me recuerda a una profesora que tube en el Instituto, prefería perder una o dos clases hablando y discutiendo sobre la Constitución, o un tema de actualidad que provocara controversia, porque decía que ante todo teníamos que ser personas, con unas ideas propias sacadas del análisis de la información disponible y no meros monigotes que repitieramos como nuestro lo primero que leíamos o nos decían.
Todos nos quejábamos de que era muy exigente, un callo ( supongo que a esa edad casi cualquier profesor lo es ). No asistió al Instituto durante meses ( tenía cáncer, aunque no lo sabíamos ). El día que volvió, más de la mitad del alumnado se le acercó a saludarla y a interesarse por cúando volvía a dar clase. Hablando con ella, me contó lo mucho que le había emocionado que tantos alumnos quisieran que volviera, que sentirse apreciada por nosotros era lo mejor de su profesión, que sentía que lo había hecho bien.
De eso hace 20 años, ella murió dos años después, pero para mí sigue siendo el ejemplo de lo que debe ser un maestro, una persona que te enseña a caminar por el mundo por tí mismo, no un acumulador de datos que no sabes entender.

Meszara dijo...

Me recuerda muchisimo a una que hacia mi tia cuando yo era mas pequeña..... qué buena pinta!!!
Por cierto, que la que hacia mi tia creo que le ponia crema pastelera..
Hice la tarta mousse, ha quedado genial!! En mi casa se han quedado sorprendidos todos por su aspecto y sobre todo, por lo buena que está!!
Un saludito ^^

Harry Haller dijo...

Hola,
En mi vida he tenido muchas fases escolares. Primero duras, después templadas y, por último, frías… Como una comida. Ahora estoy con el postre, es cuando más se disfruta.

Yo también la he realizado varias veces, hace años, con crema pastelera pero creo que prefiero el sabor a manzana. Así me resulta más auténtico, o casero, diría mejor.


Besitos y gracias.

rashnys dijo...

como muchos otros encontre tu pagina por error, pero quede prendada.. ya hice la tarta de manzana y modestia aparte me quedo exquisita.. claro que el merito en realidad es tuyo por compartir , explicar e ilustrar tan bien tus recetas.. te agradesco a nombre de mis hijos esposo y uno que otro vecino colado que la probo, y poco a poco ire preparando otras con la seguridad de que estaran igual de sabrosas... Te mando un gran saludo desde Xalapa Veracruz Mexico

Maria Pilar-COCINICA dijo...

Muy buena tu tarta, tengo que hacerla y tener la paciencia suficiente para colocar bien los gajos de manzana, esta preciosa.

Gracias por tus relatos y por tus explicaciones, así creo que seguro me saldrá muy bien.

Un abrazo

María Pilar

Mi tarta de Manzana dijo...

todos tenemos una receta casera de la clásica tarta de manzana, un cafe y un trozo endulzan a cualquiera.

casi dijo...

felicidades e gracias pola tua receta de flan de coco con leite condensada.Teño unha dubida con esta receta da tarta de mazan,fixena pola noite e ó día seguinte o hoxaldre estaba un pouco blando ¿Teño que darlle mais tempo de forno ou gardala na neveira?Saudos dende a Illa de Arousa.

Anónimo dijo...

Hola
Que pastel tan rico...

PD: si les gusta la cantante Adele entren en este blog:

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