miércoles, 31 de diciembre de 2014

Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Begin the beguine
Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Un flan un más cuerpo, pero sólo un poco; con sabor a chocolate blanco, pero en su justa medida, sin excesos. Rico y fácil. Lo que algun@s llamarían bizcoflan.
La fina capa de bizcocho de almendra le otorga presencia y sabor. Resultona pero prescindible si deseamos otorgarle la máxima suavidad o deseamos hacerlo en tiempo récord. Eso sí, si no le vamos a dar la vuelta de inmediato y deseamos guardarlo en el molde hasta su degustación, recomendaría remojar el bizcocho en un jarabe. Quedará más jugoso.

Bizcoflan de chocolate blanco (y almendra), o casi

Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Espero no extenderme demasiado, no tengo demasiado tiempo (estoy convencido de que se ha notado, o casi). Más bien muy poco. Porque, en vez de dedicarme a vivir y “disfrutar” de la vida, a respirar y esperar que los pocos rayos hagan que te sientas vivo, no hago más que cursos, estudio, formación, trabajo, tareas del hogar… y se me va la vida sin descanso. Cada noche sin (casi) dormir es un día menos (de vida). Esta semana han sido los exámenes y correcciones, acompañados de un clásico en tiempos de debilidad: la enfermedad.
Me gustaría, por lo menos, poder decir que he logrado hacer (y aprender) algo de lo que realmente me gusta(ba): respirar en libertad, el dibujo y la pintura, la música, lectura, ciencia, el Cine, correr o…, quizás, un poco de cocina, sólo un poco (o casi).
Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra


He querido publicar, consciente y voluntariamente, una receta sencilla, de esas que todos podemos hacer. Aunque estoy convencido de que (“casi”) todo está a nuestro alcance, y que muchas veces sólo es una cuestión de empeño, interés, pasión. De desearlo con todas (o parte de) nuestras fuerzas.
Pero esto sólo es una receta y la vida tiene mucho más que ofrecernos. De las fáciles, de las ricas, de las que a todos (o casi –otro más) gustan, de las que hemos hecho siempre y que, cuando me muera, cuando el polvo vuelva a recubrir la tierra devastada como consecuencia de una explotación incontrolada, se seguirán haciendo (o casi). Que no se diga que “mis” recetas son sofisticadas, de ingredientes imposibles… [ ;-) Éste es un guiño, ¿verdad?] O casi, casi, casi,..
Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Tengo muy claro que mi reloj interno ha ido mucho más rápido desde que duermo menos de 5 horas al día. Se nota en todo y, para mí, correr es una parte importante, o casi. Una liberación. Esta semana ha sido la peor. Cuando era joven, 5 horas era el límite inferior de horas de sueño soportables, ahora es el límite superior. A todo se acostumbra, aunque, como ironizaba mi padre: “justo se ha muerto ahora, cuando empezaba a acostumbrarse a no comer”

Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Creo que de las cosas que peor llevo es envejecer, la decadencia física. Me dan igual las arrugas, el gesto avejentado y marchito,… pero me molesta no poder hacer cosas que antes hacía sin dolor y con fuerza, contar los días que me quedan hasta que sólo sea un recuerdo que, poco después, se disolverá tan rápido como una niebla espesa en una mañana otoñal.
Hace unos minutos me decía mi hermano, telefónicamente, no sé si sólo para reconfortarme (quizás sí, o casi), que todavía era muy joven. ¿Joven para qué? Para algunas cosas nunca se es anciano, otras hace años que ya no están a mi alcance. Hay que replantearse la vida, cada segundo y, como dice él, ser positivo: “¿Cómo estás?”, “Muy bien”.
Se me saltan las lágrimas al pensar en todo lo que me he perdido, lo que me perderé. En ese cielo inabordable, estrellado y vacío. Sé que no estoy hecho para largos viajes interestelares, pero es un imposible al que me gustaría someterme si los sueños pudiesen hacerse realidad. Ver esa insignificancia azul-verdosa desde muy lejos, tan pequeña e insignificante que (casi) podría ocultarla tras mi dedo meñique. A medida que me adentro en mi sueño evasivo, se va haciendo más y más pequeña, un punto en la lejanía. Desaparezco. Siento el vacío y me siento, por una vez, libre, sin ataduras. Sin nada que nuble mi mirada, flotando, consciente de mi inexistencia, de mi ausencia, de lo banal que ha sido el lamento y la queja, los enfados. De la insignificancia de la existencia propia que se pierde, como ha pasado durante miles, millones de años, desde que el ser humano se ha engañado a sí mismo por creerse poseedor de una importancia que no tiene. Veo el vacío y, curiosamente, me siento bien en él.

Me apetece un trocito de flan, quizás hoy vuelva a hacer uno y, así, evitaré pensar en el vacío y podré llenar mi mente de las insignificancias del día a día.

(…)

Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Han pasado varias semanas desde que empecé este relato. Las cosas no han cambiado, no han mejorado, pero tampoco han empeorado. Algo es algo.
Después de aquel subidón pos festivo, siguiendo las reglas gravitatorias de la física newtoniana, no tardé demasiado en volver a la realidad. Hice lo posible para que pocos se percatasen de ello, pues cuando uno se siente mal lo que menos desea son los consejos y el ánimo. Si resulta muy difícil explicar los sentimientos, más complejo es interpretarlos y darle una solución. La boca del abismo es muy ancha y lo que menos deseas es mensajes, correos, comunicación… Aun así, no pude evitar que las lágrimas se me saltasen en público alguna vez, por suerte, lejos de casa.
He intentado agarrarme a la vida con la fuerza de un niño, mi hijo. Es la única razón que he encontrado para no precipitarme por las simas.
Pido perdón. Lo siento.

(…)
Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Para mi gusto, los flanes hay que prepararlos a baja temperatura, en torno a 140-150 ºC, y al baño María, para repartir el calor en el horno y conseguir una cocción homogénea. Tampoco me gusta batir demasiado la mezcla, para que no se formen burbujas y su textura sea relativamente lisa y suave. Aunque, en realidad, esto último es más una cuestión estética que de gusto.

En este caso, como le he añadido una fina capa de bizcocho de almendra, me he visto obligado a subir la temperatura del horno hasta unos 175 ºC. El tiempo de cocción depende del horno y del tamaño del molde, principalmente, por lo que los tiempos de horneado son sólo estimativos. Para éste he usado un molde metálico de cake y, aunque no siempre los he horneado del mismo modo, suelo dejar el flan unos minutos en el horno a 150 ºC mientras acabo de preparar el bizcocho, subiendo la temperatura hasta los 175 ºC justo antes de añadir una fina capa de bizcocho de almendra. Dejándolo hornear unos 40-50 minutos más.
Otras veces lo introduzco todo a la vez en el horno a 175º C, horneándolo durante unos 45 minutos, como mucho. Si no le pongo capa de bizcocho lo horneo a 150 º C durante, más o menos, una hora.

Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Aunque la masa del bizcocho hay que aplicarla cuidadosamente por la superficie del flan sin hornear, lo más milagroso de este flan es ver cómo las dos capas, por la diferencia de densidades, permanecen separadas después de horneadas, formando una base de bizcocho y un delicioso flan de chocolate blanco. Si se desea más suave todavía, por el hecho de llevar leche condensada, puede sustituirse parte de la leche por agua, en cuyo caso habría que calentarla con la leche condensada para que no apelmace el chocolate blanco en el momento de fundirlo.
Gustará, seguro.
FELIZ AÑO NUEVO. GRACIAS.

Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Puede prescindirse de la capa de bizcocho de almendra si se desea darle un toque todavía más tradicional. El tiempo de horneado depende del molde y del horno.
Si se desea, puede irse dejando hornear el flan mientras se termina la preparación de la masa del bizcocho de almendra.
Es muy recomendable mojar el bizcocho de almendra en un jarabe hecho con agua y azúcar a partes iguales o, si se desea menos dulce, dos partes de agua por una de azúcar.

Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Si estás viendo la receta desde otra ubicación, siempre puedes ver la receta original y otras como ésta en el blog de Pepinho: http://www.pepinho.com

Flan de chocolate blanco

Para conseguir una textura más lisa se recomienda no batir la mezcla con demasiada energía para que no entren demasiadas burbujas en su interior. Además, es una muy buena opción colar la mezcla en el momento de añadirla al molde caramelizado.
A mí me gusta añadir un poco de agua, una o dos cucharadas, al azúcar para preparar el caramelo. Me resulta más fácil. Además, también se añado un poco de azúcar invertido para que el azúcar y el caramelo no se apelmacen..

Caramelo
  • 100 gr de azúcar (para el caramelo)
  • 1 cucharada de agua (para el carramelo)
  • Opcional: 10 gr. de azúcar invertido.
Flan
  • 150 gr. de chocolate blanco.
  • 340 gr de leche.
  • 240 gr. de leche condensada.
  • 1 a ¾ vaina de vainilla o la c. s. de esencia de vainilla [depende de la concentración de aroma], una cucharilla de té.
  • 4 huevos grandes (o 5 pequeños) [*]
[*] Uso 4 huevos de unos 55-60 gr, sin cáscara, cada uno.

(1) Precalentamos el horno a 150 º C, depositando agua en una bandeja para proceder a hornear el flan al baño María.
Preparación del caramelo. En un molde metálico para cake añadimos el azúcar, el agua (una o dos cucharadas) y el azúcar invertido. Si no se tiene azúcar invertido, puede prescindirse de él o añadir unas gotas de zumo de limón. Cocemos el azúcar a fuego medio-alto hasta formar un caramelo, girándolo si vemos que hay partes que no se han calentado suficientemente. Es importante no introducir ninguna cuchara o elemento, pues haría que bajase la temperatura y el caramelo se endurecería.
Retiramos del fuego cuando el caramelo tenga un tono tostado (según gustos). En ese momento, y antes de que se endurezca, giramos el molde para que cubra toda su superficie. Por supuesto, también puede usarse un preparado comercial de caramelo ya elaborado.

(2) Flan. Batimos los huevos, de modo que queden bien batidos, pero intentando que no cojan demasiado aire y queden demasiado espumosos. Reservamos.
Troceamos el chocolate y lo introducimos en un recipiente. En un cazo que pueda ir al fuego añadimos la leche y la vaina de vainilla cortada longitudinalmente, vertiendo las semillas sobre la leche, así como la vaina (puede usarse esencia concentrada de vainilla). Calentamos la leche a fuego medio.
Cuando empiece a hervir, vertemos, poco a poco, parte de la leche caliente sobre el chocolate troceado, removiendo suavemente con una espátula de silicona para que se funda el chocolate (como una ganache) y no coja aire. Cuando el chocolate se haya fundido acabamos de añadir el resto de la leche.
Sobre los huevos, removiendo suave pero constantemente, vertemos la leche condensada y la mezcla de chocolate blanco y leche. Removemos para que se forme una mezcla homogénea. Colamos sobre el molde caramelizado e introducimos en el horno a 150 ºC mientras seguimos preparando el bizcocho, cuyos ingredientes ya debíamos tener pesados para no prolongar la cocción del flan sin bizcocho.
Si se desea, puede prescindirse de la capa de bizcocho y hornear el flan durante unos 50 minutos a algo más de una hora.
Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

Bizcocho de almendra

  • 40 gr. de azúcar (para batir con los huevos).
  • c. s. de canela molida.
  • 1 cucharilla de esencia de vainilla (opcional)
  • 1 huevos grande (60 gr.)
  • 1 huevo (15-20 gr. yema + 35 gr. claras)
  • 50 gr. de almendra molida.
  • 10 gr. de azúcar (para levantar las claras)
  • 15 gr. de harina bizcochona con levadura (impulsor)
  • Una pizca de sal.

(1) Podemos preparar el bizcocho durante mientras empieza a hacerse el flan a temperatura a unos 150º C, cuando lo introduzcamos debemos subir la temperatura hasta unos 175º C (10-15 min a 150ºC y unos 40 a 175ºC). También podemos añadir el bizcocho junto con el flan, ya directamente a 175 º C y hornearlo todo durante unos 45 minutos, dependiendo del tipo de horno y, sobre todo, características del recipiente.

En un cuenco grande batimos el azúcar (40 gr.) con la canela molida (a gusto), el huevo grande (60 gr.), la yema (15-20 gr.) del otro huevo, la harina fina, la pizca de sal y la almendra molida. Montamos la mezcla con un batidor eléctrico a alta velocidad, hasta que blanquee y aumente considerablemente su volumen. Unos minutos.
Por otro lado, montamos la claras (~35-40 gr.) a punto de nieve con 10 gr. de azúcar. El azúcar lo añadimos cuando las claras estén a medio montar.
Cuando las claras estén montadas, las vertemos de modo cuidadoso sobre la mezcla de huevos montados, desde el centro y de abajo hacia arriba. También podría añadirse la harina en este momento, pero es más fácil añadirla mientras montamos los huevos.

(2) Si hemos introducido ya el flan en el horno, intentando que no baje la temperatura, vertemos MITAD de la masa sobre la superficie del flan, intentado que queda bien repartida, pero sin ejercer presión. Horneamos a 175º C. Como es bastante cantidad de masa de bizcocho, la masa sobrante la podremos hornear después a unos 220 º C durante unos minutos (hasta que empiece a tostarse por los bordes) y tomarla sola o practicarle algún tipo de relleno, una crema, por ejemplo.
Dejamos que se hornee entre unos 35-45 minutos más a 175º C. Si introducimos todo el flan al mismo tiempo pueden ser necesarios unos 50 minutos, ya digo, dependerá del horno.

De corazón, os deseo que tengáis un feliz año y que podamos volver a encontrarnos en mejores condiciones.
Un beso.
Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra Flan de chocolate blanco y bizcocho de almendra

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Día 1, 2015.
Que la vida te envuelva sin asfixiarte.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Que el 2015 ,te de todo lo que necesitas para sentirte
libre.
Gracias por acordarte de l@s que te leen

Glo. dijo...

Me recuerdas un sueño que tenia; repetidamente; de niña en el que yo no existia como persona, era un prisma rectangular brillante (parece una locura, los sueños son extraños) y estaba en el vacio, la nada.
Me provocaba una angustia y un sufrimiento que me hacia despertar.
Se que no quieres comentarios personales y tampoco se si estas haciendo de tu vida una pesadilla, pero lo parece hace demasiado tiempo, no entiendo como puedes seguir tan solo, sin "despertar"
Pido perdon, lo siento.
No he leído la receta.
¿Demasiado intenso para desearte feliz año?
Besos con cariño, Amigo.

Anónimo dijo...

Te empecé a conocer por tus recetas pero ya te sigo no por tus recetas sino por saber como te encuentras. Sé `por lo que estás pasando y abraza a ese niño con todo el amor de un padre puede dar, yo me encuentro en una situación parecida de salud pero sin poder ver a mis hijos pequeños como quisiera. Desconocen mi situación real y también noto que la vida se me apaga y no sé si estas navidades van a ser mis últimas. Como llorón que soy he preferido pasarlas solo que intentar estar con los míos y así evitar un espectáculo de tristeza y abatimiento que reside en mi. El 2015 va a ser un año muy duro y tu eres como una droga que hace aliviar mi pena, mis no vivencias con mis hijos, mi desanimo. Simplemente darte las gracias por las alegrías que me has transmitido a través de tus recetas. Un abrazo chavalote.

Anónimo dijo...

Se ve delicioso, a mi con cosas así o un arroz con leche, me tienes tan feliz :)

Pepe, sólo tenemos una vida, vivela porque hoy es el día, no hay que esperar a mañana, la tienes que vivir hoy y ser feliz.

Un abrazo :)

Anónimo dijo...

No me gusta gran cosa cocinar, pero me encanta tu blog. Escribes genial y aunque desbordas tristeza, soledad y vacío existencial, no te falta razón en muchos de tus pensamientos, pero por tu bien y el de los tuyos deberías cambiar el color del cristal con el que miras que es lo que hacemos muchos, aunque nos cueste!!

Rosita dijo...

Pepinho. Normalmente te leo primero tus reflexiones y para más tarde u otro día dejo la receta, pero hoy me apetecía saborer cada una de tus letras de principio a fin; lo necesitaba... Como una cucharada de bizcoflan. Cómo me gustaría tenerlo ahora mismo delante...
Cómo entiendo todo lo que dices, sobre el dormir, el cansancio, el envejecimiento... Pero no estoy sola, tengo una suerte inmensa con mi alrededor. Apóyate en Teo sin reparo, a él seguro que le hace tanta falta como a ti.
Gracias por estar aquí. Ya ves que los hay que te necesitamos.
Abrazo enorme.

Che dijo...

Pepe, con esta receta si me atrevo. La haré algún día del año 2015, si tengo "algo de tiempo". Ya no veo los años tan largos, los mido por los diferentes períodos vacacionales y pasan, como las nubes, a una velocidad increíble (¿hay algún Einstein?, necesito ralentizar el tiempo). Medimos nuestra vida en periodos de 365 días. Tengo vividos X períodos de 365 días, derrocho el tiempo...y no quiero hacerlo. Necesito disfrutarlo, no derrocharlo. Pepe, de momento, tenemos 365 días por delante. Si digo año 2015 tengo la sensación de que ya está agotado, prefiero hablar de días, a ver si así lo ralentizo...te deseo 365 días buenos, en los que, en cada uno de ellos, conozcas cosas nuevas, en los que te sirvan a ti alimentos deliciosos, en los que te mimetices con los paisajes más diversos, en los que puedas enseñar a Teo lugares increíbles y fantásticos, en los que pienses que estás soñando de puro feliz que estés...y que no tengas en ninguno de esos 365 días la sensación de que lo has tirado a la basura. Biquiños nocturnos. Nos vemos siempre. Che

Pepinho dijo...

¡Y yo sin saber que se habían escrito comentarios!
PERDONAD!!!!!!!!!!!!!
Lo siento.

No sé, no hago más que meterme en un pozo sin fin del que es casi imposible salir. Es imposible sostener este ritmo de vida. Necesito dejarlo casi todo. Casi. Por lo menos está Teo, que no hace más que darme besos (sin pedirlos).

Me acuerdo de tod@s vosotr@s, de l@s que han escrito, un@ a un@, y de l@s que ya no están. De aquellos momentos y de la complicidad que teníamos (y tenemos).

Hasta escribir un correo me parece eterno. Perdón. Sí, estoy vivo, aunque no lo parece.

Esta noche os leeré con calma, dejaré todo (y más).

Un envío un enorme beso desde las profundidades de esta enfermedad que se llama melancolía...

Os quiere,
Pepinho.

Gloria Baker dijo...

Se ve maravilloso. Siempre me apetece el flan! Uno de mis postres preferidos!!!
Ah Pepinho ya te lo hemos dicho pero que no te coma la vida!! Te entiendo todo pero debes cuidarte.
Un abrazo y besosssss
gloria

Gloria Baker dijo...

Pepinho, yo paso siempre a dejar saludos o a ver como estan, pero me apena que no contestes los comentarios, besosssss

Anónimo dijo...

Tus recetas creo que son extraordinarias y tu dominio de la cocina es de profesional. Me gusta mucho la cocina, sigo tu blog que me parece de lo mejor que se puede seguir.Supongo que buscas la perfección en la cocina y en todo. Alguien dijo por ahí algo de sensación de "días tirados a la basura". Sinceramente, creo que las personas con vidas "normales", tenemos esa sensación muchos días, y hay que aprender a vivir con ello. Que tu 2015 sea mucho más feliz de lo que esperas. Gracias por tus recetas

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