
No ha sido una locura personal. En estos casos es a M a quién le encanta la cerveza, aunque más la “clara”. Si nos vamos a tomar algo, M se toma una clara y yo, un abstemio sin remedio, un zumo o, como mucho, una Coca Cola. No penséis mal, tengo otros vicios. El problema es el camarero o camarera y su visión llena de prejuicios: a ella le ponen la Coca Cola Light y a mi la “clara”, y puedo aseguraros que no tengo aspecto de bebedor. No demasiado.
