viernes, 31 de agosto de 2007

Arroz caldoso de marisco

Un día de verano cualquiera

El plato

Ha llegado el momento de poner algún que otro plato salado. No sólo de dulce puede vivirse ;-). Tengo una buena lista de ellos pero me da más pereza detallar y comentar platos cuyas cantidades no siempre son demasiado precisas, sólo aproximaciones. Repito, con los platos salados la imaginación puede trabajar mucho más, jugar con aromas o especias y en dónde la exactitud tampoco es una ventaja. Si los productos son de calidad mejor que mejor.

Ésta es una idea que puede servir como base para la elaboración de arroces de marisco, pescados o incluso una fideuá. No falla, siempre que tengamos un poco de cuidado con la sal que pueda proporcionar el caldo de mejillones, si lo empleamos.

Casi todos hemos realizado alguna que otra vez un arroz de marisco, pero espero que aquí se aporten un par de ideas que puedan resultar diferentes y/o marcar la diferencia entre un buen arroz y uno excelente: un caldo de mejillones, unas hebras de azafrán (que nunca faltan en mi cocina) y una, pienso, buena combinación de materia prima. Además, muy económica.


miércoles, 29 de agosto de 2007

Tarta de manzana (clásica)

El (mísero) granito de arena en el desierto

Clásicos de casa: n-ésima parte y mucho más

La sofisticación en la repostería no siempre da buenos resultados, sin embargo, los sabores sencillos y de siempre no acostumbran a fallar ni cansar. Éste es un ejemplo, una tarta que volveré a hacer en breve, seguro, y más ahora que estamos en época de manzanas.

He descubierto que las recetas clásicas que he estado elaborando esta semana no se limitan ni están acotadas en el tiempo. Sigo y sigo, cuantas más hago más me vienen a la cabeza y más disfruto del resultado. Las tartas de manzana son unas de mis preferidas, aunque cualquier tarta que lleve fruta lo es. La frescura, el dulzor.


lunes, 27 de agosto de 2007

Buñuelos al estilo de Nueva Orleáns (Beignets)

El síndrome de Bill Murray y los animales

Clásicos, 3ª parte. Fritos

Desearía que no pasasen desapercibidos. Sería una pena que unos buñuelos como estos no pudieran ser disfrutados como se merecen. Yo repetiré, y creo que pronto, todavía tengo abundante leche evaporada y dentro de menos de una semana estaremos (otra vez) de viaje. Debo admitir que soy un seguidor acérrimo de las masas fritas: buñuelos, churros, tequeños, orejas de carnaval, rosquillas o, en menor medida, empañadillas.

La combinación de la leche evaporada, con la manteca y el azúcar, para mi gusto, ha dado lugar a unos, dentro de “su categoría”, incomparables buñuelos. Ricos, ricos, aunque, una vez más y sin ánimo de ser pesado, “para gustos se pintan colores”. En este caso, y sin que sirva de precedente, los colores de M han coincidido con los míos.


viernes, 24 de agosto de 2007

Tarta de Chocolate Blanco al Cardamomo

Intermedio

Saliéndome de los clásicos

Estoy dentro de la semana de “los clásicos” y sí, sigo y seguiré con ellos, unas recetas que espero poner próximamente (el pan de hoy, por ejemplo, ha estado insuperable –para mi gusto-). Por una vez, y por no disponer de Internet (verano, verano) las recetas van mucho más rápidas que las publicaciones, están haciendo cola. Ésta, para romper un poco el ritmo, se ha colado. Ha sido la última y, para ser sincero, todavía no la he probado. Ya pondré un comentario al final de la entrada cuando la pruebe. Por el momento promete, un relleno con sabor a chocolate blanco y cierto aroma a cardamomo.

¿A que huele o sabe el cardamomo? Diría que tiene un ligero tono a limón, a frescura, siempre muy particular.


Hojaldre con chocolate

Foto: pinchado el hojaldre con un tenedor, horneado y cortado en horizontal. Relleno de crema pastelera, con cobertura de chocolate y azúcar glasé.

Un clásico renovado: 3ª parte. Los hermanos Karamazov.

Siempre que pienso en un texto extenso pienso en ese libro. Tal vez porque fue de las primeras “lecturas optativas”, allá por los catorce años. Hablo de tiempo, no de espacio. Ese libro valía por dos; si lo leías tenías el “derecho” a leer uno menos. No lo hice, me enganchó, aunque después hiciese “trampa” y me hubiese leído uno muy pequeñito: “San Manuel Bueno, mártir” ;-)… y me gustó. Reminiscencias pasadas, supongo.

lunes, 20 de agosto de 2007

Galletas con chocolate y nueces (II) (American Cookies)

Clásicos de ayer y de hoy: 2ª parte

Es la segunda receta de las clásicas “American Cookies”. La primera versión puesta en el blog, allá por el invierno, recuerdo (vagamente) que estaban muy ricas. Mi recuerdo es tan sutil que éstas se han comido a las otras. Más crujientes todavía, siempre que las dejemos tostar un poco por los bordes. Sólo un pequeño tono.

Si comparamos las recetas, los cambios son determinantes, visibles y creo que, tal vez, mejoran a las otras en algunos aspectos: mucha menos mantequilla (por huevo más de la mitad), más harina, más vainilla, una pizca de sal (realza el sabor) y, por último, mayor cantidad de chocolate y nueces. La cantidad de azúcar por huevo también es menor. Ante esas evidencias no hay más que decir, simplemente, se traducen en más consistencia y crujiente, más aroma a vainilla (frente a la mantequilla) o más sabor a chocolate y a nueces.


domingo, 19 de agosto de 2007

Pastel de zanahoria

Centro de gravedad

Clásicos

Hoy, tal vez por oír hablar de Venecia, me he acortado de “Muerte en Venecia” y de Gustav Malher, aunque el uso que hace L. Visconti de los zooms me hubiese dejado en las primeras escenas (y en la primera visión) un poco desconcertado. Pasaré a algo más alegre, tal vez un poco de Preston Sturges, y espero acabar con un postre de los que me gustan, dulce a la vez que amargo, quizás con un poco de limón o crême fraiche. Creo que esta semana será la semana de los clásicos.

viernes, 17 de agosto de 2007

Dulces de coco

De colores

“… se visten los campos en la primavera”. De colores son estos maravillosos dulces y “de colores” me trae recuerdos de la infancia, como no. Porque es de esos postres inconfundiblemente para niños y mayores.

Quiché marina

Quiche/kuchen

Su nombre, aunque el que nos ha llegado es la escritura y fonética francesa, en realidad procede del alemán: kuchen. La primera (¿es femenino?, sí) quiche que hice, hace ya unos años, fue una versión de la famosa quiche de Lorraine, que en algún libro he leído como ¡“quiche de Lorena”!. Desde ese momento este plato lo he preparado con gran diversidad de ingredientes y opciones: de espinacas y espárragos; de anchoas, tomates y aceitunas; jamón; 4 quesos; salmón ahumado (uno de los preferidos de M)... Como se trata de una tarta salada, las opciones son muchas y a gusto de los comensales.
Lo que sí no debe, o suele, faltar en una (¿sigue siendo femenino?, sí) quiche son los huevos, la nata y la sal. Pimienta, nuez moscada y queso también suelen emplearse.

Pretendo, únicamente, aportar una base o idea que pueda servir como punto de partida a aquellos que nunca la hayan probado o a aquellos que no se han atrevido con otros ingredientes. Esta vez ha sido un relleno de productos del mar; rellenos vegetales o con embutidos también están buenísimos.

Acostumbra a tomarse caliente, sin embargo, a mí me gusta templado o incluso a temperatura ambiente.

martes, 14 de agosto de 2007

Tarta de queso estilo New York (con crême fraiche)

Why?

¿La mejor tarta de queso al horno?

No hay respuesta exacta a una pregunta tan tajante y directa. Si no es la mejor, ahora que la estoy tomando me lo parece, es una de las mejores. En temas gastronómicos es buena señal que el presente y el futuro sean (quisiera decir “parezcan”) mejores: se evoluciona y aprende de los errores; en la vida pasa al revés, de memoria: “Despierte el alma dormida, (…) cómo después de acordado da dolor/ cómo, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor…”

Tengo cierto cariño algunas tartas de queso horneadas, como, por ejemplo, a la tarta de queso Bailey’s, tanto que este año la realicé dos veces ;-). Raro en mí, que me gusta probar nuevos sabores y sustancias. Esta vez quizás tarde menos en repetir, siempre que repongan la crema ácida en el supermercado.

Tal vez no suene muy modesto, pero la suerte ha hecho que resultase casi insuperable (para esta receta): horneado a temperatura adecuada y durante el tiempo justo (no se ha agrietado lo más mínimo); huevos no demasiado batidos, sólo lo justo para que quedasen bien mezclados y no cogiesen aire; temperatura (fría) adecuada para degustación; y un complemento adecuado, frambuesa. La suerte, por una vez, ha estado de mi parte, y de la de M, a la que también le ha encantado.


sábado, 11 de agosto de 2007

Galletas de chocolate y café

Perdón

Me paso la vida pidiendo perdón. Perdón por el tiempo, perdón por lo que pueda suceder, perdón por ser como soy. Perdones por adelantado. Como si fuese dueño y culpable de hechos o circunstancias que se escapan de mi influencia. No puedo evitar sentirme culpable, me (han) acostumbrado a ello; por una vez permitidme culpar a otros, aunque esos “otros” no hagan referencia a nadie concreto y sí a un cúmulo de circunstancias.

Un ejemplo estúpido. Ayer noche preparé unos mejillones al vapor. Sencillo, ¿verdad? Simplemente me permití sofreír un poco de cebolla antes de echarlos, un chorrito de vino blanco y un poco de perejil picado, como si de una salsa (casi) marinera se tratase. Nada más. Los mejillones, salvo casos excepcionales, no deben salarse, y no lo hice. Por motivos desconocidos, M me dijo que sabían “algo” salados y le pedí perdón. Esa circunstancia se escapaba de mi influencia (sería sal marina). Pese a todo, me sorprende que lo estuviesen, tal vez fuese alguna forma de demostrar su “enfado” por otro tema, pero no pude dejar de sentirme culpable…


Suflé de Queso

Tal como éramos (primera parte)

Audrey Hepburn

Hacer suflés saladas no tiene ningún misterio: una bechamel (al gusto), un sabor (queso, jamón, vegetal, salmón,…), unas yemas y, por último las claras montadas a punto de nieve. Si es dulce, una crema inglesa con algún sabor opcional: chocolate, fresa,… u otro tipo de frutas. Hornear y comer.

En Sabrina, a Audrey Hepburn se le bajaban porque estaba deprimida en París, desencantada con el amor. ¡Deprimida en París! El suflé reflejaba su estado de ánimo. No intentéis identificar ese hecho con el ánimo. Tarde o temprano siempre se baja, por eso hay que tomarlo rápido y recién salido del horno. Pese a todo sigue siendo hermoso pensar en ello, la relación estado de ánimo y cocina sí existe. Amar a través de la cocina.


jueves, 9 de agosto de 2007

Tarta de ciruelas

Aislado

Las recetas

El problema no es el tiempo para cocinar, dispongo de bastante –obligatoriamente –, todos los días paso unas horas en la cocina. El problema es encontrar el tiempo para escribirlas y, todavía peor, un método bueno y rápido para publicarlas. El ciber (“O siber”, como me decía un niño cuando le preguntaba por él) no acaba de convencerme.

He realizado varias recetas y, a mi parecer, muy interesentes; postres y platos salados. Otra duda: decidir por cuál empezar. Ahora, sin motivo aparente ni decisión objetivamente razonable, empiezo por una tarta de ciruelas, muy sencilla y de la cual me ha sorprendido su frescura y sabor. Sobre todo acompañada de helado, unas natillas, crema, nata o, simplemente, azúcar lustre.

lunes, 6 de agosto de 2007

Galletas de jengibre (y canela)

Y han vuelto las (oscuras) golondrinas

He levantado la cabeza y allí estaban, como en mi infancia. Ya no recordaba su sonido ni su revolotear. Incluso mi memoria me había hecho creer que era un ave primaveral. Tal vez el cambio climático, tal vez mi memoria.

Antes de correr. En la calle, levantando la cabeza hacia la ventana, con la persiana todavía baja. M todavía no se había levantado. Justo debajo del alero, allí estaban, intentando buscar el mejor sitio para anidar.

En realidad dudo que hubiesen sido golondrinas, por pequeñas, tal vez aviones. Los de mi infancia también lo eran. En casa de Quique, en los balcones. Allí estaban todos los años, construyendo esos nidos de paja y arcilla que abandonaban antes de que llegase el frío.
Un día año no aparecieron, dejando los nidos vacíos. No podría precisar cuándo, sólo que ya no estaban allí. Los nidos acabaron por deshacerse o ser limpiados. El tiempo también los había limpiado de mi memoria. Hasta hoy, que los he vuelto a ver, espero que sea para quedarse…


viernes, 3 de agosto de 2007

Muffins de plátano con crujiente

El plátano es sensacional (y tres)

El plátano, tercera parte. Corte del director (Director’s cut)

Aquí acaba la trilogía del plátano. Lo prometido era deuda y, sin duda, no se me hubiese ocurrido mejor final. Tenía unas tortitas, que retomaré, pero me veía en la ¿obligación? de presentar unos muffins que marcasen la diferencia. La diferencia reside, entre otras cosas, en el crujiente. El crujiente, ¡cruje!, como cabría esperar, formando en la boca una combinación con la masa esponjosa que ni el “director” esperaba.

El guionista había planificado el final deseado, el final esperado para una trilogía que “El padrino” no consiguió. Yo tampoco, pues jugaba con ventaja, me conocía el final de la historia. Por suerte no siempre es así, el final está en nuestras manos. Somos los directores o codirectores (con nuestras parejas y compañía) de nuestras vidas. Escribamos el mejor guión que podamos. Me pido ser Cary Grant y, espero, que M Audrey Hepburn, aunque, de vez en cuando, no vendría mal ser el malo malísimo de buen corazón (“Viento en las velas”,....

jueves, 2 de agosto de 2007

Muffins de plátano (sencillos)

El plátano es sensacional (segunda parte)

Si como yo, te compras unos cuantos plátanos, ésta es otra elección muy rápida, sencilla y apetitosa de tomarse fruta. Además, por el uso de margarina, que puede ser vegetal, no lleva colesterol. Recuerdo que el colesterol, aunque lo puede sintetizar el organismo por otros medios (y así lo hace), es exclusivamente una grasa de origen animal. Más sano. Allá vamos.


miércoles, 1 de agosto de 2007

Brochetas de pollo a la mostaza, plátano y panceta con salsa agridulce

El plátano es sensacional

No todo va a ser dulce. Ha llegado el momento de empezar el mes (¡qué rápido pasa el tiempo!) y sólo se me ha ocurrido poner algo fácil, rápido y rico. Los agridulces me encantan, además, parece que a M ya empiezan a gustarle. Estupendo.

El plátano no es de lejos mi fruta preferida, sin embargo, cuando se trata de cocinar con plátano la cosa cambia: rebozado y frito, en postre, tostado o, como en este caso, en unas brochetas. Me gusta.