Para morirse!
¡Unos buñuelos con levadura seca de panadería! Qué miedo, ¿verdad? Nada más lejos de la realidad. Unos de los mejores buñuelos que he comido nunca. Y mira que me gustan
“mis” buñuelos de la receta de mamá. En serio, no sé si habrá sido el momento, si habré echado las proporciones adecuadas, si la temperatura del aceite era la correcta, pero están buenísimos. Como todos, hay que comerlos calentitos.
De vuelta a la rutina agobiante diaria pero, pese a haberme acostado muy tarde y haberme levantado a las siete, el calorcito y el sol animan a cualquiera. Supongo que por eso la gente del sur tiene fama de ser más alegre. Creo haber leído en alguna parte que la provincia española con más suicidios, ¡que morboso!, es Soria. El (mal) tiempo frío-calor ayuda, aunque hay muchos otros factores. Por aquñi tampoco estamos mal de estadísticas. Otra curiosidad que puede ayudar a entender la “infelicidad”, Japón, contra lo que podría pensarse, es el país del (primer) mundo con mayor tasa de suicidios, sobre todo los adolescentes. Variables: competitividad, aislamiento social, insatisfacción provocada por excesos tecnológicos que llevan a un consumismo que acaba en insatisfacción,… Nada, que a todo nos vendría bien un fin de semana en una “isla”, con buen tiempo, claro. Siempre deberíamos, aunque no sepa cómo, relativizar los problemas.