Dónde está el agujero
Algunos han sido fritos durante la preparación de los roscos, así acababa con “la fiebre de matar al gusanillo”. Otros amasados nuevamente para formar las últimas unidades. Los agujeros, que no lo son tal, pues agujero es ausencia, resultan unos buñuelos excelentes espolvoreados con un poco de azúcar glasé.
Estos roscos los he realizado varias veces, una de ellas al mediodía y otra durante la noche. Pienso que lo mejor es hacerlos por la mañana o prepararlos para ser comidos al mediodía. De un día para otro, aunque ricos, no se conservan igual de frescos. Todas las fotos que presento han sido realizadas al día siguiente, aunque no se percibe del todo la textura, diría, sin dudarlo, que están mucho mejor recién hechos.
Le he puesto unas vainas de cardamomo, que ejercen un contraste muy interesante con la vainilla. Si lo deseáis, podéis prescindir de ello, incluso de la vainilla, y tendréis unos (también) deliciosos roscos de manteca.