
Clásicos, 3ª parte. Fritos
Desearía que no pasasen desapercibidos. Sería una pena que unos buñuelos como estos no pudieran ser disfrutados como se merecen. Yo repetiré, y creo que pronto, todavía tengo abundante leche evaporada y dentro de menos de una semana estaremos (otra vez) de viaje. Debo admitir que soy un seguidor acérrimo de las masas fritas: buñuelos, churros, tequeños, orejas de carnaval, rosquillas o, en menor medida, empañadillas.
La combinación de la leche evaporada, con la manteca y el azúcar, para mi gusto, ha dado lugar a unos, dentro de “su categoría”, incomparables buñuelos. Ricos, ricos, aunque, una vez más y sin ánimo de ser pesado, “para gustos se pintan colores”. En este caso, y sin que sirva de precedente, los colores de M han coincidido con los míos.
