La transición
Apretando el cinturón
Todas estas semanas de trabajo y ocupación para llegar y publicar esta sencillísima receta, pero no os llevéis a engaño, es de cinco estrellas
michelines. Desde luego, la vida es muy confusa. Lo peor es verla desde un único prisma, en el que nosotros somos el centro del universo y el mundo gira a tu alrededor. No es fácil pero... ¿y qué lo es? Debéis perdonar estas confusas palabras debidas a un repentino estado de melancolía y decaimiento provocado por un levísimo comentario. Por suerte, así como llegan se van. Llegan, se van, llegan, se van, llegan, llegan…

La receta, además de su gusto y sabor, se adecúa excepcionalmente a los tiempos que nos ha tocado vivir (¿tocar?, esto no es una lotería, pero podría haberlo sido).