Y han vuelto las (oscuras) golondrinas
He levantado la cabeza y allí estaban, como en mi infancia. Ya no recordaba su sonido ni su revolotear. Incluso mi memoria me había hecho creer que era un ave primaveral. Tal vez el cambio climático, tal vez mi memoria.
Antes de correr. En la calle, levantando la cabeza hacia la ventana, con la persiana todavía baja. M todavía no se había levantado. Justo debajo del alero, allí estaban, intentando buscar el mejor sitio para anidar.
En realidad dudo que hubiesen sido golondrinas, por pequeñas, tal vez aviones. Los de mi infancia también lo eran. En casa de Quique, en los balcones. Allí estaban todos los años, construyendo esos nidos de paja y arcilla que abandonaban antes de que llegase el frío.
Un día año no aparecieron, dejando los nidos vacíos. No podría precisar cuándo, sólo que ya no estaban allí. Los nidos acabaron por deshacerse o ser limpiados. El tiempo también los había limpiado de mi memoria. Hasta hoy, que los he vuelto a ver, espero que sea para quedarse…