

La conocí cuando trabajaba en el CESGA (Centro de Supercomputación de Galicia) y compartimos despacho. Mi timidez era extrema, aunque ya he vencido algunos miedos, ni iba a tomar café. Ella es la antítesis, echada para delante a más no poder. Por que no decirlo, no se me hacía demasiado simpática, la veía un poco superficial, no me gusta hablar por hablar y menos de cosas como “ropa”, “tiendas”, etc.