
Llegado el día D me encontré con poco tiempo para pensar y elaborar una tarta para soplar las velas, que al final fue una, pues no tuve ni unos minutos para comprarlas, un 3 y un.... ¡Perfecto! Sería mi primer año D.T., Después de Teo. No lo pensé demasiado, estaba dentro de La Semana Fantástica de la Memoria Histórica, la mía, y me acordé de aquellas primeras tartas que hacía mi madre cuando era pequeño. En realidad era una receta que le pasó una vecina, la que nos daba los comics cuando ya se los había leído.