sábado, 29 de enero de 2011

Bollos de anís rellenos de nata (o no)/Trenza de pascua

Corazón de atleta
Bollos de anís rellenos de nata (o no)/Trenza de pascuaLas vacas dan leche… las gallinas dan huevos
“… Vivan las gallinas que los huevos nos dan”...

Bollos de anís rellenos de nata (o no)/Trenza de pascuaNo es por casualidad
No es por casualidad que la receta que ahora publico, un pan de huevo aromatizado con anís y (opcionalmente) podría llevar algo de agua de azahar, llegue justo después de un brioche con aroma a roscón de Reyes.

Con cierta resignación, tengo la impresión de que en los últimos años se está generalizando el uso de recetas caseras (o no tanto) de roscón de Reyes basadas en una masa de brioche, como la anterior entrada o la que ya publiqué hace algún tiempo. Desde luego, ese modo de hacerlo es exquisito, jugoso y duradero, pero se parece poco al roscón ¿de Reyes? que yo tomaba en mi infancia durante la Pascua. Quizás sea ese mi error, que el roscón o la trenza (que llamamos “periquito”) que yo tomaba cuando era pequeño, eran (y son) postres tradicionales de Pascua y no de Reyes y, tal vez, lo que ahora se ha extendido como “roscón de Reyes” sea un postre que nada tiene que ver con aquellos recuerdos. Por ello, no sería extraño que el verdadero roscón de Reyes sea una masa brioche con poca leche, bastante huevo y mucha mantequilla, tal y cómo ahora se hace. Mas no recuerdo que durante aquellos años tomásemos ningún roscón el día de Reyes, si así hubiese sido me acordaría, como sí me acuerdo de aquellas roscas (de Lomba) que traían los padrinos de Martín el día de Pascua.

sábado, 8 de enero de 2011

Coca de fruta confitada

Es lo que parece
Coca de fruta confitadaEl principio
Dudo que me dé tiempo a publicar la receta antes de fin de año. Si se produce ese milagro del espacio-tiempo: ¡Feliz Año Nuevo a tod@s! Daré un empujoncito para que eso suceda abreviando lo más posible.

Coca de fruta confitadaLa periodicidad con la que estoy publicando recetas últimamente se aleja mucho de lo deseado. No es que haya dejado de cocinar con la frecuencia que antes lo hacía, más bien todo lo contrario. Podría decirse que el blog resulta más introspectivo que antes y el placer del desahogo por unas palabras escritas en el momento oportuno las he llevado a la cocina del día a día. Todo por el hecho de no sentirme tan libre para expresar mis sentimientos como antes lo hacía.