
Si nos olvidamos de la estética y el black power, estoy hablando de un riquísimo arroz cuyo único inconveniente es estético. ¡Maldita estética!, se come con los ojos. Tenía tinta natural congelada de un chopo que había preparado hacía tiempo, y ya se sabe, lo natural (o real) siempre es más auténtico (o negro) ;-) Le he echado media “bolsita” semisólida y ha quedado negro, muy negro, y rico, muy rico. Lo acostumbraba a hacer con unas bolsitas plásticas pequeñitas que venden en la sección de congelados, más insípidas e incoloras.