
Y cómo os digo yo que tengo tantas recetas pendientes (hechas y sin hacer) que no sé por cuales empezar. Empezaré, por su sencillez y curiosidad, por unas riquísimas tortitas que hago con relativa frecuencia. Más a menudo que las clásicas tortitas de leche, harina, huevo, levadura química,... Por lo tanto, no esperéis que éstas sean unas tortitas más, son un valor añadido a las tortitas de siempre. Sorprendentes sabores y texturas.
Observo que últimamente mis comentarios incorporan más expresiones políticas y hechas: “un valor añadido”, ¡qué asco! Estaré perdido cuando emplee el (sub)verbo inexistente: “posicionarse”. ¡Pon Dios!. Esto de escribir con un teclado resulta menos gratificante y más confuso que la escritura a mano. Acelera el proceso, sí, pero los cruces disléxicos y ortográficos están a la orden del día. ¡Pon Dios!, otra frase hecha: “a la orden del día”. Paro y sigo.
